Resulta evidente el gran problema que está provocando la falta de lluvias en la península. Son ya muchos los meses arrastrados en los que apenas ha llovido, lo cual ha hecho incrementar más si cabe la preocupación de miles de agricultores españoles. Además, está falta de agua implica que los embalses hayan reducido considerablemente sus niveles de capacidad, llegando a cifras que desde hace 22 años no se alcanzaban, lo que pone en riesgo la disponibilidad de agua para el riego de cultivos de los campos españoles.

Ante tal situación, la ministra de agricultura Isabel Garcia Tejerina ha anunciado que de no llover se tendrán que poner en marcha medidas que restrinjan el uso del agua para el riego, para así poder garantizar el consumo humano.

Esta sequía ha hecho reducir en gran medida la producción de muchos cultivos, entre los que se encuentra el almendro, cuya producción ha descendido en torno al 25% con respecto a la campaña anterior, según apunta Miguel Blanco, secretario general de la organización agraria COAG.

Este gran problema ha propiciado el auge en la contratación de seguros entre los agricultores, para así intentar paliar los efectos negativos que esta situación está provocando.

Como reflexión final, queremos mencionar que a este problema se debe hacer frente cuando hay agua, y no, cuando ya existe el problema de sequía, por lo tanto, es necesario mejorar la gestión de este recurso tan importante para evitar llegar a situaciones tan dramáticas como las que estamos viviendo en los campos españoles.