Leche de almendras

Leche de almendra

El origen de la leche de almendras se remonta a la antigua Grecia, aunque sería durante la Edad Media cuando esta bebida se populariza, siendo consumida tanto por cristianos como musulmanes.

La leche de almendra elaborada con almendras se convirtió en un sustituto de la leche de vaca durante la época de cuaresma, además su origen vegetal, permitía su conservación durante un periodo de tiempo más largo que la de origen animal. Fueron estas razones los principales motivos que la llevaron al éxito.

La leche de almendras presenta un sabor es muy similar al de la leche de vaca, siendo su aroma mucho más ligero.

Si bien es cierto, no se trata de un producto muy habitual en la cesta de la compra de los consumidores, pero poco a poco ha ido abriéndose paso en el consumo de los hogares gracias a los numerosos beneficios que presenta. Su consumo siempre ha sido recomendado por médicos y especialistas.

Entre los beneficios de la leche de almendras podríamos destacar los siguientes:

  • Ayuda a regular el colesterol.
  • Presenta un alto contenido en potasio, que ayuda a mejorar los niveles de potasio tras episodios de diarrea o vómitos
  • Contribuye a mejorar los problemas de gastritis o gastrointestinales
  • Su alta contenido en fibra natural soluble e insoluble protege la pared intestinal, sobre todo a favor del colon, ayudando a regular la absorción de azúcares y colesterol.
  • Alto contenido en vitamina E, un antioxidante que ayuda a prevenir la aparición de cáncer.
  • No posee gluten.
  • Contiene vitamina B2 que ayuda a fortalecer el pelo y las uñas.

Además, esta bebida está especialmente indicada para las mujeres embarazadas puesto que permite controlar la fatiga y el mareo, facilitar la digestión o contribuir en el desarrollo correcto de los huesos del bebé, entre otros muchos factores.

Sin embargo, a pesar de que la leche de almendras es un gran alimento nutricional, su consumo no está recomendado para todas las personas debido a diversos factores como la alergia a los frutos secos o problemas de tiroides, por ello, se recomienda consultar primero con el médico.

Por último, os dejamos la receta para elaborar vuestra propia leche de almendras:

Ingredientes: Una taza de almendras crudas, tres vasos de agua, sal y azúcar.

  1. Poner las almendras a remojo durante toda una noche
  2. Escurrir y limpiar las almendras
  3. Mezclar los tres vasos de agua con las almendras ya escurridas
  4. Licuar la mezcla durante 10 minutos
  5. Cuando se haya mezclado todo bien, añadir un poco de azúcar o miel y un poco de sal.
  6. Colar el contenido de la mezcla obtenida en la licuadora
  7. ¡Disfruta de la leche de almendras!