Con la llegada de la primavera da comienzo la floración del almendro, un espectáculo de la naturaleza en el que el almendro exhibe su coloridas y aromáticas flores para llamar la atención de insectos, que se alimentan con el néctar de sus flores y que a la misma vez realizan las tareas de polinización de éstas.
Pero, ¿en qué consiste realmente el proceso de polinización? Básicamente consiste en transportar el polen desde los estambres hasta los estigmas, donde germina y termina fecundando los óvulos de la flor de los que posteriormente saldrán las almendras. El transporte de polen se produce principalmente a través de insectos, siendo la abeja la más común dentro de los vectores de polinización.
En el almendro, la polinización es un proceso muy importante, una correcta realización de la misma puede traducirse en un incremento considerable en la producción, llegando incluso a aumentarla en un 25-30%. Ésta no sólo afecta a los árboles que no son auto-fértiles sino que también debe tenerse en cuenta para las nuevas variedades auto-compatibles si se quiere mejorar el rendimiento.
Por todo esto, son varios los elementos que resultan clave a la hora de establecer una correcta plantación, entre los que se encuentran el diseño, el establecimiento de colmenas y la elección de variedades auto-fértiles.
